Menú Cerrar

Yoga Oncológico

La primera vez que puse mis pies sobre una esterilla de Yoga estaba en tratamiento de quimioterapia por un cáncer de ovario.

Mi cuerpo se había convertido en un campo de batalla: células que invadían, tratamientos para atacar, efectos colaterales, estrategias para resistir… el temor hacía sombra a la vida.


“La historia impregna huellas en tu cuerpo, cuando mueves tu cuerpo mueves tu historia…”

Gracias a la práctica de Yoga re-conecté con mi cuerpo y conmigo misma, descomprimí mis articulaciones, relajé la musculatura y profundicé en la respiración. Aprendí a respetar mis límites y a disfrutar de mis posibilidades; reduje la ansiedad y la sensación de culpabilidad. La esterilla se convirtió en un lugar desde el cual observar y recibir la vida, y como una parte de la vida, la enfermedad. 


Beneficios del Yoga Oncológico

Beneficios físicos

  1. Flexibiliza y relaja los músculos y tejidos afectados.
  2. Descomprime las articulaciones.
  3. Alivia la fatiga y los sofocos provocados por el tratamiento.
  4. Alivia los dolores ocasionados por la cirugía o el tratamiento.
  5. Fortalece el sistema cardiovascular y óseo.
  6. Relaja el sistema nervioso.
  7. Contribuye a regular el apetito.
  8. Mejora la calidad del sueño.
  9. Oxigena tejidos y órganos a través de la respiración.
  10. Activa el sistema inmunológico.
  11. Promueve el ejercicio físico.

Beneficios mentales y emocionales:

  1. Reduce el estrés y la depresión.
  2. Favorece la concentración.
  3. Contribuye a la gestión de las emociones.
  4. Facilita la re-conexión con el cuerpo y las emociones.
  5. Fortalece la autoestima.
  6. Promueve la creación de redes de apoyo.

En las clases de yoga para personas con cáncer, a diferencia de una clase habitual, los ejercicios físicos (asanas) y de respiración (pranayamas) están adaptados con el objetivo de aliviar las afecciones provocadas por la cirugía y los tratamientos de quimioterapia, radioterapia y hormonales. Se ofrece una variedad de soportes (bloques, mantas, cintas) para facilitar los movimientos, los estiramientos y la relajación y se trabaja con grupos reducidos para brindar una atención personalizada y promover redes de apoyo.


Comentarios de las alumnas

En el yoga oncológico me siento en paz. Has conseguido que ocho mujeres, cada una con sus carencias y sus fortalezas formemos junto a ti un grupo de yoga y tambien de apoyo. Siento que en cada sesión me esfuerzo, pero nadie me fuerza a hacer lo que no puedo. Mi cuerpo trabaja, pero a un ritmo adecuado para él y lo agradece. Tienes en cuenta nuestras molestias y nuestros dolores y adaptas los ejercicios a la situación de cada una.Has conseguido un espacio de trabajo corporal, de relajación, de risas y de comprensión mutua. Moviendo nuestro cuerpo algo magullado, también sanamos nuestra alma que de igual manera está lastimada. ¡Gracias! Ramona.

Participar en las sesiones de Yoga oncológico organizadas por la fundación Kálida e impartidas por Adriana, fueron de gran importancia para mí. Después de superar dos trasplantes de médula seguidos con la correspondiente poca movilidad al estar en una habitación de aislamiento y aun estando en inmunosupresión,  el ambiente de acogida, calidez humana, comprensión, relajación y empatía creado en las sesiones, me ayudó mucho a ir recuperando fuerza muscular, flexibilidad. Pilar.

En 2013, me diagnosticaron cáncer de mama. En 2017, me diagnosticaron metástasis ósea. El tumor invadió mi columna vertebral, el dolor y el tratamiento redujeron considerablemente mi movilidad. Caminar, levantarme de la cama o ponerme los calcetines eran acciones cotidianas que no podía hacer sola. El yoga oncológico está siendo un complemento muy importante en mi proceso de recuperación porque me permite trabajar la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio. Además, esa hora a la semana con Adriana y las compañeras del grupo también me da un rato de paz y bienestar. Guadalupe.

Las sesiones de yoga oncológico me han ayudado durante la quimioterapia y en la posterior recuperación a sentir-me con más energía, más vital y reducir los dolores articulares ocasionado por el proceso. Además, psicológicamente me ayudó a normalizar el proceso por el hecho de sentirme activa a pesar de no poder hacer ejercicio físico intenso y a rebajar el estrés a través de los ejercicios de respiración y relajación. Marta.